Aprovechamiento de la Radiación Térmica Infrarroja como Fuente de Energía Solar Nocturna
La radiación térmica infrarroja emitida por la Tierra durante la noche, una energía residual previamente desaprovechada, puede ser convertida en una fuente de energía solar nocturna y limpia. Esta innovadora tecnología busca compensar las limitaciones de la tecnología fotovoltaica actual, que carece de un suministro continuo de energía solar durante las horas nocturnas.
La falta de un suministro constante de energía solar se considera el «talón de Aquiles» de esta fuente de energía renovable. Para superar esta limitación, se están desarrollando soluciones que permiten aprovechar esta energía renovable en cualquier momento, como la tecnología V2G, que utiliza las baterías de los vehículos eléctricos para estabilizar la red.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales (UNSW) en Australia ha presentado una solución experimental que aprovecha la radiación infrarroja emitida por la Tierra durante la noche. Esta energía, que hasta ahora se utilizaba solo para sistemas de vigilancia y monitorización de fauna, se puede convertir en electricidad gracias a un dispositivo semiconductor conocido como diodo termoradiante.
Aunque la energía generada actualmente es 100.000 veces menor que la de un panel fotovoltaico, los investigadores creen que su nuevo enfoque tecnológico puede lograr avances similares. Estiman que podría alcanzar hasta una décima parte de la eficiencia de un panel solar convencional.
Otro enfoque tecnológico en este campo lo ha desarrollado un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford en EE. UU. Su propuesta se basa en aprovechar el enfriamiento de los paneles solares nocturnos al emitir la radiación térmica infrarroja hacia el espacio exterior.
La energía solar nocturna tiene un gran potencial para aplicaciones en el mundo real, como la alimentación de sensores y dispositivos IoT en lugares remotos, especialmente en países cálidos. También podría beneficiar a los dispositivos wearables o ponibles, como las pulseras deportivas o la ropa inteligente. Los investigadores incluso aventuran un futuro en el que dispositivos biónicos como los corazones artificiales se alimenten con el calor corporal.
Según los investigadores, la producción de energía solar nocturna podría ser una realidad en la próxima década, lo que sería un importante avance en el arsenal de energías renovables para combatir el cambio climático.