El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha anunciado la reducción del tamaño de la Oficina del Director de Pruebas y Evaluación Operativa, responsable de evaluar la seguridad de las armas y sistemas de inteligencia artificial. Esta medida forma parte de un esfuerzo para «reducir la burocracia inflada y el despilfarro» y ahorrará 300 millones de dólares. Sin embargo, expertos como Missy Cummings y Mark Cancian temen que esto puede afectar la seguridad de los sistemas y la eficacia de las pruebas.
La Oficina de Pruebas y Evaluación Operativa es clave para asegurar que las tecnologías militares funcionen correctamente y no pongan en peligro la seguridad. Con la reducción de personal, se corre el riesgo de que los sistemas no sean tan seguros o eficaces como se promete.
El desmantelamiento se produce en un momento crítico para la inteligencia artificial y la adopción militar, con empresas como Anduril y OpenAI trabajando estrechamente con el Pentágono. La medida puede beneficiar a estas empresas a costa de la seguridad y la eficacia de los sistemas.