El almacenamiento de energía renovable es un tema de gran interés en nuestra plataforma. En artículos anteriores, hemos abordado iniciativas ambiciosas como las megabaterías del parque de Cunningham en Texas, EE. UU., diseñadas para almacenar grandes cantidades de energía. La principal ventaja de este enfoque es la capacidad de conservar la energía para suministrarla en momentos de baja producción debido a la falta de luz solar o viento, lo que garantiza la estabilidad del sistema. En este artículo, nos adentramos en un terreno más experimental: el uso de esferas de gran tamaño instaladas en el fondo del mar, que podrían constituir una solución eficiente para este reto.
El proyecto StEnSea, desarrollado por el Instituto Fraunhofer, se centra en un sistema de almacenamiento de energía hidroeléctrica submarina que utiliza la presión del agua a grandes profundidades para almacenar energía en esferas de hormigón huecas. Estas esferas, con un peso aproximado de 400 toneladas y un diámetro de 9 metros, se instalan en el lecho marino a profundidades de entre 600 y 800 metros.
El sistema StEnSea se basa en el concepto de almacenamiento por bombeo, que consta de dos fases: almacenamiento de energía y liberación de energía. Durante la fase de almacenamiento, el exceso de energía en la red se utiliza para bombear agua fuera de las esferas de hormigón, llenándolas de aire. Cuando la red necesita más energía, el proceso se invierte, y el agua entra en la esfera, aumentando la presión debido a la profundidad del océano. Esta presión hace que el agua empuje una turbina conectada a un generador eléctrico, produciendo energía que se puede inyectar de nuevo en la red eléctrica.
Las ventajas del sistema StEnSea son significativas. La utilización de la presión natural del océano a grandes profundidades genera una gran cantidad de energía potencial. Además, las esferas no requieren grandes extensiones de terreno, lo que las hace ideales para áreas urbanas o regiones con limitaciones de espacio. El hormigón es un material resistente que puede soportar las condiciones extremas del fondo marino durante décadas, con una vida útil estimada de entre 50 y 60 años.
El sistema StEnSea es compatible con fuentes de energía renovables y puede escalarse modularmente, lo que permite instalar múltiples esferas en diferentes ubicaciones y adaptarse a las necesidades específicas de cada zona.
A pesar de sus ventajas, el proyecto StEnSea enfrenta desafíos técnicos y económicos. La construcción y despliegue de las esferas requieren importantes inversiones, y la tecnología aún se encuentra en fase de prueba. Sin embargo, los resultados obtenidos en las primeras pruebas realizadas en el lago de Constanza en Alemania son prometedores. El próximo paso será la instalación de un prototipo a gran escala producido por medio de impresión 3D frente a la costa de Long Beach, California, para finales de 2026.
Es importante destacar que StEnSea no es la única tecnología innovadora en el campo del almacenamiento de energía renovable. Recientemente, hemos abordado una prueba piloto en un pueblo de Finlandia que almacena energía térmica en una gran batería de arena. Esta tecnología se basa en una resistencia que se calienta con el paso de la electricidad y aprovecha el bajo coeficiente de transferencia térmica del dióxido de silicio de la arena para evitar la disipación del calor. El sistema almacena el calor generado por medio de energía solar, alcanzando temperaturas de hasta 500°C, y lo libera gradualmente.