El dron bomba Shahed, fabricado por Rusia bajo licencia iraní con el nombre de Geran, ha sido un elemento clave en la guerra de Ucrania desde el primer año de la invasión en 2022. Sin embargo, en 2025 se ha convertido en el principal pilar de la presión rusa contra la retaguardia ucrania. La producción masiva de estos drones y su tecnología avanzada han puesto en aprietos a las defensas ucranias.
Rusia ha aumentado significativamente la producción de drones Shahed, disparando hoy el triple de unidades que hace medio año. Su característico zumbido se ha vuelto habitual en el centro de Kiev. Anteriormente, estos drones eran fácilmente abatidos antes de alcanzar la periferia de la capital ucrania y otras ciudades de la retaguardia, pero ahora llegan por decenas.
El problema principal es la cantidad de unidades utilizadas en un solo ataque. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, destacó que si en 2024 era inaudito que en un día el enemigo utilizara más de 100 drones, ahora es lo habitual. En los 29 días de junio, en 15 noches fueron disparados entre 100 y 480 Shahed, y en cinco madrugadas se utilizaron más de 400.
Los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio (GUR) estiman que en un día, la industria rusa produce 170 drones bomba de largo alcance, y se prevé que esta cifra aumente a 190. Rusia está fabricando en tres días de 2025 la misma cantidad de Shahed y Garpiya que producía en un mes de 2024, según datos de la inteligencia militar ucrania y occidental.
Ucrania ha respondido apuntando a las plantas de producción en Rusia de estos aparatos no tripulados, pero los resultados no son suficientes. Los drones de largo alcance ucranios carecen de armamento suficiente para destruir los centros de producción y almacenamiento de drones. Además, Rusia ha acordado con Corea del Norte producir drones en territorio norcoreano.
El dron Shahed ha sufrido importantes cambios en su tecnología. Ahora vuela a más de tres kilómetros de altura para evitar la detección por radares, y su trayectoria es más impredecible. Los nuevos Shahed están programados con inteligencia artificial para coordinar sus ataques de forma autónoma. La versión más avanzada cuenta con un reactor que multiplica su velocidad.
Ucrania no utiliza misiles para derribar a los drones debido a la limitada cantidad de armamento disponible. En su lugar, se han implementado «grupos móviles» con ametralladoras de gran calibre que tienen un 40% de éxito en el derribo de los Shahed. Sin embargo, se requieren ametralladoras de mayor calibre para mejorar la eficacia.
Otra opción para Ucrania es invertir en drones interceptores, que pueden identificarse mediante una luz de posición y son detonados a distancia cuando están cerca del Shahed.