En el ámbito de la desalación de agua, se han explorado diversas tecnologías, desde dispositivos portátiles operados por energía solar hasta grandes plantas de desalación con tecnología de ósmosis inversa avanzada. En esta ocasión, se analiza una innovadora solución desarrollada por una empresa estadounidense: las cápsulas desaladoras ancladas al fondo marino, conocidas como «granjas de agua».
Estas cápsulas se encuentran a una profundidad de cuatrocientos metros y aprovechan la presión hidrostática natural para llevar a cabo el proceso de ósmosis inversa y producir agua potable.
Cada cápsula tiene la capacidad de generar aproximadamente cuatro mil metros cúbicos de agua dulce al día, utilizando el concepto de ósmosis inversa de profundidad marina (DSRO).
El diseño modular de las cápsulas permite adaptar los proyectos según las necesidades específicas y garantizar su resistencia a las condiciones extremas del entorno marino.
Tras realizar pruebas en un entorno simulado, se planea llevar a cabo pruebas en aguas costeras reales en California, con el fin de abordar los desafíos de costos de instalación y validar su eficiencia. La desalación basada en ósmosis inversa de profundidad marina reduce significativamente el consumo de energía al aprovechar la presión natural del océano. Además, la incorporación de energía renovable, como la solar, en estas instalaciones puede reducir los costos de desalación y la huella ambiental.
La planta desaladora de Al Khafji en Arabia Saudí, alimentada por energía solar fotovoltaica, es un ejemplo destacado de desalación sostenible y eficiente energéticamente. Con una capacidad diaria significativa, esta instalación ha servido como modelo a seguir en la región, impulsando iniciativas similares en otros países y avanzando hacia un futuro de desalación más sostenible y eficiente.