La princesa Leonor comenzó el lunes la última etapa de su formación militar en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier (Murcia). Como alférez de cuarto curso, permanecerá allí hasta julio de 2026. Su formación incluirá clases de aeronáutica en el centro de formación de pilotos militares. Al llegar, la princesa inspeccionó un Pilatus PC-21, aeronave de entrenamiento, y comentó brevemente a la prensa sus ganas de volar.
Este paso marca el tercer y último año de su formación castrense. Previamente, completó su formación en el Ejército de Tierra (Academia General Militar de Zaragoza), y en la Armada (Escuela Naval de Marín, a bordo del buque-escuela *Juan Sebastián Elcano*, y en la fragata *Blas de Lezo*). A mediodía, llegó a la base en uniforme, con sus apellidos, Borbón Ortiz, en la matrícula de la solapa.
Tras saludar a las autoridades y firmar el libro de honor, se instaló en la zona de dormitorios, compartiendo habitación con otras dos alumnas. Posteriormente, vistió el uniforme de vuelo e inició su formación práctica en los simuladores. La princesa, futura jefa de Estado y capitana general de las Fuerzas Armadas, se integró en una clase de 75 alumnos (60 hombres y 15 mujeres). Concluirá el curso en julio con el rango de teniente.
La base de San Javier, conocida como «La Cueva» por la intensidad de su programa de formación, cuenta con 38 simuladores de vuelo, incluyendo el Pilatus PC-21. Leonor deberá completar 50 horas de simulación antes de volar. El comandante Alberto Guzmán, quien también acompañó al Rey Felipe VI en un vuelo de prueba en junio, le impartió sus primeras lecciones en la cabina del PC-21. Se reportó que los militares de la base recibieron regalos para entregar a la princesa. Su día comienza a las 6:30 con el toque de diana, seguido del desayuno y clases teóricas y prácticas en los siete simuladores de vuelo.
Las clases finalizan alrededor de las 18:00, con las luces apagadas a las 22:00. Los fines de semana, los alumnos pueden pernoctar fuera de la academia. Leonor continúa así la tradición familiar, siguiendo los pasos de su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I, y su padre, quienes también se formaron como pilotos en la Región de Murcia.