**La Red Eléctrica en la Era de la Verdad**
En la semana pasada, la temperatura en Nueva Jersey alcanzó los 38°C, lo que pone a prueba la capacidad de la red eléctrica para satisfacer la creciente demanda de energía. En Estados Unidos, varias regiones han experimentado temperaturas récord en las últimas semanas, lo que ha llevado a un aumento en la demanda de electricidad. Esta situación es similar en España y el Reino Unido, que también han sufrido olas de calor extremas.
La red eléctrica es fundamental para mantener nuestra comodidad y seguridad, especialmente en momentos de alta demanda. Es en estos momentos cuando la flexibilidad se vuelve clave para asegurar que la red funcione sin problemas.
Tomando como ejemplo mi red local, PJM Interconnection, el mayor operador de red eléctrica de Estados Unidos, cubre una población de cerca de 65 millones de habitantes en Virginia, Virginia Occidental, Ohio, Pensilvania, Nueva Jersey y partes de otros estados vecinos. A principios de año, PJM predijo que la demanda de electricidad alcanzaría un pico de 154 gigavatios (GW) este verano. Sin embargo, el lunes pasado, la red superó esta cifra, alcanzando una media de más de 160 GW entre las 17:00 y las 18:00 horas.
La tendencia a sobrecargar la red eléctrica es una preocupación creciente, especialmente considerando el cambio climático y el aumento en la demanda de electricidad. Las previsiones de PJM indican que el pico de verano en 2035 podría alcanzar casi 210 GW, lo que supera la capacidad actual de la red.
Además de la necesidad de construir y conectar más centrales eléctricas a la red, una estrategia efectiva para mitigar esta situación es la flexibilidad. La red eléctrica debe construirse para satisfacer la demanda máxima, pero gran parte de la capacidad instalada permanece inactiva la mayor parte del tiempo. Reducir la demanda durante los picos puede reducir la infraestructura total necesaria para el funcionamiento de la red.
Los programas de respuesta a la demanda, como los ofrecidos por PJM, permiten a los clientes reducir su consumo durante los periodos de máxima demanda. Estos programas han demostrado ser efectivos, evitando la necesidad de construir nuevas centrales eléctricas y reducir la presión sobre la red.
En resumen, la creación y automatización de la flexibilidad en la red eléctrica es crucial para reducir la cantidad de nueva generación necesaria y satisfacer la creciente demanda de electricidad.