El avance tecnológico en robótica aplicada a la inspección de tuberías y detección de fugas de agua ha resultado en el desarrollo del robot autónomo Joey, creado por universidades británicas. Este dispositivo es parte de una serie de innovaciones científicas y tecnológicas que permitirán la operación en entornos subterráneos de manera eficiente y segura.
El acceso al agua potable es un desafío a nivel mundial, y la pérdida de agua tratada a causa de fugas en las infraestructuras es un problema significativo en varios países. Proyectos como el desarrollado en la ciudad de Burgos, que integran big data, IoT y sistemas inteligentes, han demostrado la importancia de detectar y actuar rápidamente ante estas situaciones.
El prototipo Joey, creado por varias universidades del Reino Unido, es un avance tecnológico que permite la inspección autónoma de tuberías angostas y difíciles de alcanzar. Con cámaras, sensores y sistema de navegación basado en inteligencia artificial, este robot ligero y eficiente puede identificar fisuras y enviar información a un centro de control, además de regresar de forma autónoma a su base al finalizar su tarea.
El proyecto Pipebots, que incluye a universidades y gestores de infraestructuras hídricas británicas, tiene como objetivo desarrollar enjambres de robots interconectados y controlados por una unidad central para realizar tareas de inspección y reparación en tuberías. Además, se están explorando otras tecnologías avanzadas, como el uso de tecnología satelital, sensores acústicos y sistemas IoT, para detectar fugas de agua de manera eficaz y precisa. A pesar de los avances en robótica aplicada a la detección de fugas de agua, también se están desarrollando detectores de fugas domésticos conectados de forma inalámbrica que pueden alertar a los residentes sobre posibles incidencias.
Estas tecnologías no solo tienen un impacto positivo en la conservación de recursos hídricos, sino que también pueden evitar sorpresas desagradables para los usuarios.