El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se enfrenta a desafíos en la cumbre de la OTAN, a pesar del acuerdo inicial sobre el porcentaje de inversión del PIB en defensa. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha confirmado que España deberá invertir el 3,5% en capacidades militares, en línea con los objetivos de la Alianza.
Rutte ha subrayado la importancia de que todos los aliados cumplan con las metas establecidas, con revisiones anuales a partir de 2029. La OTAN no permite exclusiones voluntarias y espera que cada país cumpla con sus compromisos.
Rutte ha elogiado la contribución de España a la OTAN en diversas misiones internacionales. El presidente Sánchez ha sido claro en no superar el 2,1% de inversión en defensa, lo que ha generado tensiones con altos funcionarios de la OTAN.
La flexibilidad permitida a España se refiere a la manera de cumplir con los objetivos acordados. Es necesario un entendimiento y compromiso por parte de todos los aliados para garantizar la seguridad y defensa conjuntas.